El vino ha ido evolucionando desde la antigüedad como parte de la vida, la cultura y la dieta. Es un símbolo cultural, y su papel ha ido cambiando a lo largo de los años, pasando de ser una importante fuente nutricional a un complemento cultural para la comida y la socialización. El arte de la vinicultura y la producción de vino también ha evolucionado, e incluso la Unesco ha reconocido como Patrimonio de la Humanidad a algunas regiones vinícolas.